Es totalmente repudiable usar el nombre de un anterior dominio y razón social (marca) de una empresa honorable, para ligarlo a webs pornográficas y oscuras. Al nombre de mi organización le sucede esto. Este es el proceso:
Compran el nombre del dominio que uno tiene, minutos después de haber caducado este en el hosting hospedado, para revenderlo indirectamente como “nombre disponible”, extorsionando así al propietario original. Para entonces, nuestro dominio web que está prisionero ya posee bastante tráfico. Ese dominio web secuestrado lo compra el extorsionador y lo vuelve a ofertar a precio elevadísimo, aprovechando el tráfico que ya posee y la importancia que tiene para su dueño víctima; pocos minutos después si el primer y propio apoderado que fue perjudicado no registra nuevamente el dominio, y si el extorsionador no logra revenderlo al dueño original, sigue presionando el hosting poseedor, bajando el precio del dominio web (que ya ha alcanzado mucho tráfico en la internet y posicionamiento en la web). Finalmente ‘estrangula’ al propietario, entregándole el nombre del dominio a proxenetas proveedores de sitios pornográficos o a gente deshonrosa en internet. El asunto es temerario. Es lamentable no asignar de manera vitalicia el nombre del dominio a quien lo registró primero en el host, con documentos de sustento, en mi caso el RUC (Registro Único de Contribuyente) de mi organización. Como solución propongo a los políticos: aplicar la misma metodología, de los números de los teléfonos celulares; que el número adquirido le pertenezca vitaliciamente al usuario que primero lo registró a su nombre y su número de cédula de ciudadanía; esto lo necesitamos en una ley, asambleístas. Ligas infractoras perjudican nombres bien ganados y marcas respetables como mi caso www.franzmerino.com (O)
Franz Alberto Merino Dávila, Loja