Resulta tremendamente contradictorio e inexplicable que ciertas autoridades tomen decisiones absurdas y perjudiciales no solamente para los turistas sino también para las personas que viven del turismo.
Me quiero referir concretamente a quienes están a cargo de los baños públicos localizados junto a los patios de comida de la parroquia Progreso, en la carretera Guayaquil-Salinas.
Durante dos viajes de Guayaquil a Salinas en meses diferentes del presente año he comprobado junto con
docenas de turistas que viajan desde Guayaquil hacia los balnearios de Playas y la península de Santa Elena, que los mencionados baños públicos permanecen cerrados.
Al averiguar a los dueños de los puestos de comida, ellos indican que estos baños han permanecido cerrados desde el mes de marzo, es decir, ya van ocho meses que no dan servicio. Los propietarios de los locales manifiestan que han hecho llamados al personal encargado que pertenece al Ministerio de Obras Públicas, sin embargo, no dan ninguna solución.
Me permito preguntar al Ministerio de Turismo, ¿por qué no actúa en esta situación tan vergonzosa?
Para que la ciudadanía tenga una idea del drama que viven los propietarios de los locales de comida y para el público que asiste a comer, informo que personalmente he observado personas realizando sus necesidades fisiológicas al aire libre en la parte posterior al local de los baños públicos.
¿Esa es la forma de apoyar al turismo señores de los ministerios de Obras Públicas y de Turismo?
En época de pandemia del COVID-19 todas las personas tienen que cumplir con las normas de higienes y por lo tanto, en los lugares públicos tienen que contar con lavabos para desinfectarse las manos y con servicios higiénicos en buen estado. (O)
Kepti Lenine Tinoco Moreno, ingeniero químico, Guayaquil