El proyecto de reforma constitucional ideado por el Comité por la Institucionalización de la Democracia (un grupo no-partidista compuesto por personas vinculadas a la vida pública de larga y reconocida trayectoria) es una de las propuestas de mayor interés para el país. Entre las reformas más positivas que encontramos entre sus páginas se halla darle mayor independencia a la Fiscalía, la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana y una reestructuración de la Función Legislativa. De aprobarse este proyecto, se eliminaría la peligrosísima ‘muerte cruzada’, se reduciría el número de asambleístas, se introduciría el bicameralismo, se mejoraría la representación nacional, y se abriría la puerta para que la Función Legislativa sea parcialmente renovada cada dos años, evitando así el desgaste político y trayendo más dinamismo a la política ecuatoriana. Habiendo recibido el apoyo de alrededor de 300.000 firmas ciudadanas y gozando de dictamen favorable de la Corte Constitucional, lo que por ley corresponde es que este proyecto sea presentado tal cual al pueblo ecuatoriano para que mediante referéndum decidan por voz y convicción propia si desean que estas reformas se hagan realidad.

Sin embargo, este derecho a decidir, contemplado y protegido por la Constitución, está bajo ataque. La Asamblea Nacional, tan desprestigiada por sus bochornosos escándalos, su fatal arrogancia, y sus incontables pillajes, pretende de manera ilegal y antidemocrática alterar el capítulo de reformas a la Función Legislativa de este proyecto, arrebatándole así a la ciudadanía la oportunidad de decidir sobre su futuro y arbitrariamente silenciando la voz de 300.000 ciudadanos. En efecto, en vez de simplemente presentar el proyecto tal cual a los ecuatorianos para que sean ellos los que decidan si aprueban o no estas reformas, los asambleístas han decidido ignorar tanto la letra como el espíritu de la ley y ‘enmendar’ a su antojo este proyecto como si fuese un proyecto de ley ordinario. Esta Asamblea, la cual no solo está de salida sino que será vergonzosamente recordada como una de las más corruptas de la historia del Ecuador, quiere quitarte tu voz y voto.

No es coincidencia que justamente quieran eliminar las reformas a la Función Legislativa de este proyecto. Si hay algo que aterra a los políticos ecuatorianos es que nuestro sistema algún día se haga más eficiente, más dinámico, y con mayor participación democrática. Nada les causa más miedo que se ponga freno a sus arbitrariedades, a su pereza y se les obligue a realmente trabajar por el futuro de nuestro país. Ellos preferirían que el sistema del que se han convertido en parásitos quede tal y como está. Nada más inconveniente para su “carrera” política que se apruebe una reforma como la que se contempla en este proyecto. Por eso que quieren quitarnos nuestro derecho a decidir.

Al margen de si uno está de acuerdo o no con el contenido de esta propuesta, lo cierto es que el intento por parte de la Asamblea de silenciar la voz de los ciudadanos y arrebatarles el derecho a elegir su futuro merecen la más grande censura y rechazo. El futuro le pertenece a los ecuatorianos, no a ellos. #YoQuieroDecidir. (O)