Los municipios en Alemania, tienen bien planificada su expansión territorial y las viviendas. Cuentan con financiamiento hasta por 30 años, consideran que este rubro, sea de alquiler o dividendos, no puede superar el 25% de los ingresos per cápita mensuales. Entregan a quienes desean construir una vivienda familiar independiente los planos para su fabricación. Muchos obreros participan con sus familias bajo supervisión municipal, en sus construcciones; todo responde a un plan de expansión preestablecido de áreas suburbanas perfectamente planificadas.
Lo de suburbano o suburbios, en términos guayaquileños, no existe. En Ecuador, los municipios de la costa marítima –aledaños al mar– podrían usar estos mecanismos alemanes para viviendas. El hombre del mar es experto albañil de vivienda (con bloques de cemento), lógico, bajo guía de un constructor; las mujeres saben de costura, manualidades de paja (hamacas, sombreros), de caña (canastas, adornos, carteras), tejidos (Chanduy), adornos de marfil vegetal, tagua, madera, conchas; en gastronomía, etc. Solo requieren un asesoramiento y mejorar las herramientas para sus acabados. La Alcaldía de Guayaquil tiene un interesante plan de construcción de viviendas populares suburbanas en el norte de la ciudad. Podría aplicar estrategias para la construcción masiva que vayan en línea con los ingresos y las acciones comunitarias; ojalá tenga éxito en sus emprendimientos.
La vivienda en Ecuador tiene un alto déficit en general, en especial en Guayaquil. Existe presencia de ciertos construcciones ilegales, mercaderes de las necesidades colectivas, y de promotores de invasiones de terrenos que no cumplen los requisitos constitucionales de la propiedad privada con finalidad social; por lo tanto, la necesidad de vivienda en Ecuador es un tema que requiere una atención urgente. (O)
Sucre Calderón Calderón, abogado, Guayaquil