Acerca del último clásico y el VAR (videoarbitraje, tecnología del fútbol), he leído en algunos chats de WhatsApp y Twitter un encendido reclamo emelecista tildando de corruptos y ladrones a los barcelonistas en general sin nombres, lo cual me parece desmedido, grosero, desbocado; empezando por quien debería ser ecuánime –Nassib Neme, presidente de Emelec–, trasladando politiquería al deporte. Si falló ese VAR, primero compruebe que fue a propósito antes de afirmar que ‘alguien’ inhibió la señal de internet a propósito.

Muy bajo se llega. Polémicas en partidos las hay en todo el mundo. Perjudicados a veces nos sentimos nosotros los ecuatorianos o los de cada equipo, pero descender a abrir una grieta vengativa rencorosa puede provocar desmanes de los aficionados que ‘compran’ como suyo el problema y se topan con una camiseta amarilla o azul y se ven como enemigos. Se provoca agresividad in crescendo. Después es difícil recuperar la cordura de que esto es solo un deporte no una guerra de unos contra otro. Amigos de siempre se enemistan por esta actitud de odios por sus ‘rivales’ que en realidad no lo son, sino amigos y, peor aún, se enemistan con familiares. Mal, mal, esta actitud deplorable, censurable. (O)

Roberto Palacios Marín, ejecutivo, av. Samborondón