Hago un llamado a las autoridades del Gobierno nacional para que no solo piensen en el plan de retorno a los colegios y las escuelas y sanearlos por el COVID-19, sino también depurar las aulas y las unidades educativas de mafias que por años han existido y nada les importa el futuro de nuestros alumnos.

Dichas mafias son de sujetos que merodean los planteles escolares —e incluso son ciertos alumnos—, se dedican al microtráfico, venden sustancias prohibidas, drogas, dentro de muchas unidades educativas.

Hagamos un plan urgente y que ya no existan amenazas al maestro, conserje, dirigente estudiantil o padre de familia, que solo anhela una buena educación de sus hijos. Las autoridades saben dónde están esas mafias y cómo ha sido su diario vivir, y sus constantes amenazas que nunca se denuncian por miedo a las venganzas. Se debe pedir que la Policía Nacional, profesores, padres de familia, rectores, directores hagan un análisis profundo de lo que estaba mal por el tráfico y venta de drogas desde antes de la pandemia del coronavirus en muchas escuelas y colegios, y ahora se pueda combatir y desaparezca. (O)

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José María García Faicán, ingeniero forestal, Guayaquil