Nada nuevo bajo el sol. Es algo que los afiliados conocemos y padecemos desde hace muchos años. Pero lo más indignante es comprobar que nos siguen robando con tanta facilidad. Para colmo la justicia no hace justicia, los asambleístas son incapaces de defender a las víctimas y el Gobierno de Guillermo Lasso lleva dos meses en el poder y seguimos esperando el encuentro con el derecho constitucional a la salud.

El miércoles 21 de julio me tocó comprar dos medicamentos que el IESS en Guayaquil no tenía, gasté $ 23. No queda otra opción que comprar para mejorar la salud. Pero son públicos otros casos más graves con cifras muy superiores. En la práctica esto significa que el afiliado debe sacar de su bolsillo para cubrir la ineptitud y corrupción que nos mata día a día. El vicepresidente Alfredo Borrero manifestó que tiene un plan para mejorar la entrega de medicinas, donde cada paciente retiraría sus medicamentos en una farmacia privada. Suena interesante pero en mi país el virus de la corruptela también muta. Es fácil predecir cómo se robaría con esta modalidad, bastaría una llamada o mensaje para que generen la receta, y bingo. Es imprescindible incorporar todas las medidas de seguridad, para no hablar de otro robo a los afiliados. (O)

Julio César Navas Pazmiño, licenciado en Ciencias de la Educación, Guayaquil