‘Lunetinas’ son el invento de una nueva alcaldía, recordarán a las ‘sabatinas’ aquellas, juergas bulliciosas, pagadas para embriagarse con aplausos y en las que se gritaba, insultaba a todo el mundo, rompía periódicos y ordenaba a los jueces a quién perdonar, castigar, ridiculizar o borrar del rol de pagos; y entre muecas se hablaba a mansalva, cantaba, desgarraba la camisa con frenesí bien entrenado.

El equipo está vigente por las debilidades e inexperiencia de Lasso que los tiene hasta en la sopa; unos con un buen número con bajo perfil, pero que constituye el equipo ‘de lujo’ que ha vuelto a la vida... ‘Lunetinas’ con anhelos como el de querer restituir la estatua de Kirchner en la Mitad del Mundo, explicarían que antes que las obras que son urgentes, es meternos primero a los quiteños por ojos, oídos, nariz y garganta el recuerdo de Kirchner y de su mujer, rescoldos peronistas que tienen a Argentina al borde de la ruina, pero los ecuatorianos no queremos saber nada de ellos. Y vamos a ver qué dicen del proyecto de los rascacielos alrededor del hotel Quito.

Una vez que la muerte cruzada permitió librarse de aquellos 137, y que el pueblo lo festejó, el presidente Lasso debe limpiar en seis meses lo que no limpió en dos años y escuchar y leer las denuncias sobre el petróleo, hechas por Villavicencio, el asambleísta que sacó la cara y valientemente aportó con la documentación pertinente. (O)

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Carlos Mosquera Benalcázar, cirujano plástico, Quito