En el programa ‘Políticamente correcto’, estuvo una asambleísta ‘del ala rebelde’ de un partido político indígena, quien dijo en voz más baja de lo que acostumbra, que los vandalismos, atropellos, robos y ataques a la propiedad privada, en las manifestaciones de octubre de 2019 y de junio de 2022, fueron cometidos por infiltrados.

No sé si ella es ingenua o se hace. Para todo el pueblo es evidente que los manifestantes cometieron dichos atropellos. El simple hecho de que dirigentes indígenas usaran el mismo argumento dos veces, es clara manifestación de falsedad. Si hay todavía gente que cree ese cuento, a mi juicio, lo hace por fanatismo, ingenuidad, o lo que es peor, por obediencia. Quiero recordar a dirigentes indígenas y a sus incondicionales, un proverbio árabe que dice palabras más, palabras menos: si alguien te engaña una vez, la culpa es de quien te engaña, si te engaña dos veces, la culpa es tuya. Si es que en el 2019 tuvieron infiltrados y lo mismo en el 2022, ¿de qué tipo de dirigentes estamos hablando?, ¿no aprenden de la experiencia? Esos no merecen ser dirigentes de nadie, y si estamos hablando de que pretenden engañar a los ecuatorianos, hay una frase célebre de Abraham Lincoln: “Podrás engañar a muchos por poco tiempo, a pocos por mucho tiempo, pero jamás podrás engañar a todos por todo el tiempo”. La responsabilidad de evitar infiltrados es de los dirigentes, y ellos deben dar la orden de que quien detecte a uno de esos infiltrados lo denuncien, controlen y eviten el desprestigio del movimiento que se ve afectado por estos actos. No hacerlo los convierte en cómplices o en ejecutores de esos actos. Todo el mundo vio cómo a vista y paciencia de la masa de manifestantes, los que los ingenuos consideran “infiltrados”, hacían barbaridades. Esto demuestra que el vandalismo es parte de la agenda del movimiento. (O)

José Manuel Jalil Haas, ingeniero químico, Quito