Observamos en las perchas de algunos supermercados la cantidad de artículos importados, especialmente comestibles, que indudablemente son de buena calidad y precios interesantes, pero nos preocupan nuestros similares productos de fabricación nacional que siendo igualmente de excelente calidad, son relegados a ubicaciones secundarias en los exhibidores de dichos establecimientos comerciales; es decir, se está dando mayor importancia a lo extranjero sobre nuestros tradicionales productos.

¿Por qué será ese discrimen haciendo que a los consumidores que normalmente frecuentan ciertos supermercados, se les dificulte ubicar y adquirir productos que siempre han sido apetecidos por la calidad y los precios? Sin menospreciar las importaciones esa mentalidad debe cambiar, a lo nuestro más bien hay que estimularlo preferentemente, pues son manufacturados por prestigiosas empresas nacionales. (O)

Alfredo Minervini Faillace, jubilado, Guayaquil