Sorprende ver volar aviones de Petroecuador sin su respectiva póliza de seguros, con excusas inaceptables de la Dirección de Aviación Civil del Ecuador, entidad encargada de dar el Certificado de Aeronavegabilidad correspondiente cuando compruebe la veracidad de las garantías exigidas. ¿Qué garantía ofrece una carta de cobertura provisional cuando no hay respaldo de un slip emitido en Londres para el efecto (léase documento donde reposan los nombres y porcentajes de las aseguradoras que se responsabilizan del riesgo, con sus cláusulas correspondientes), debidamente firmado por los concurrentes a proteger? En el supuesto que existiese esto, significaría que la empresa adjudicada tuvo la ventaja de tener acceso a la información antes que los demás concursantes; particular que debería ser investigado por la FGE para establecer si se trata de un fraude en materia de contratación pública.

¿Por qué se descalifica a la oferta más conveniente y se otorga a la segunda más cara? La más conveniente tiene un amparo Constitucional que le permite operar todos los ramos de seguros. La asignada a dedo: 1°) es la segunda más cara con menos coberturas; 2°) estuvo en proceso de liquidación por lavado de activos durante mucho tiempo; 3°) ¿a quién pertenece tal empresa?, pues circula información de que es de un allegado a la RC. Y no pasa nada. Para los intermediarios de reaseguros, que tienen un protagonismo importante en este “mecanismo”, sigue marchando a la perfección, las adjudicaciones están hechas por funcionarios de este Gobierno, a los mismos piratas nacionales y extranjeros de siempre. Solo hay un cambio de domicilio, ahora no lo hacen desde Sucre, lo hacen desde otras compañías. Ojalá que el presidente de la República importe una vacuna contra la corrupción. (O)

Gustavo Zevallos Baquerizo, ingeniero civil, analista de seguros, Guayaquil