El pueblo espera de los políticos que lo ayude a decidir con razonamiento. Una decisión razonada ayuda a todos, a la individualidad y a la comunidad.

Para las próximas elecciones hemos presenciado con mucha pena posiciones virulentas contra la consulta popular. La virulencia es una demostración de falta de raciocinio, parodiando el dicho, “el odio es el veneno que uno se toma, esperando que mate al objeto de su odio”, diríamos que la virulencia es un veneno que quienes se manifiestan de esa manera están bebiéndolo con la esperanza de que muera el objeto de sus ataques. Todas las manifestaciones que he escuchado en ese sentido están llenas de una efervescencia digna de mejores causas. Allí tenemos invocaciones carentes de razón que debiendo ser ejemplos de razonamientos, se han limitado a predicar odio. Por regla general quien razona no debe aceptar lineamientos que no exhiben razonamiento. El sentido común me obliga a que si alguien incapaz de razonar me sugiere algo, hago lo contrario. (O)

José Manuel Jalil, ingeniero químico, Quito