En la calle y los medios de transporte públicos nadie está libre de acoso en cualquier forma, dirigiéndose a comprar algo a la tienda de su barrio y recibir palabras obscenas, hasta yendo en el bus, cerrar los ojos para descansar y fijarse que tiene una mano de un desconocido en las piernas. Lo más duro es que hay gente alrededor que son espectadores de lo que está pasando y no hacen o dicen nada. Esto le puede pasar a cualquiera.

No tienes que quedarte callado, comunica, si eres joven o niño, a tus padres; si eres adulto, a un centro policial. En un medio de transporte o sitio público, si eres víctima o presencias un acoso, no te quedes callado, avisa a las personas, pide ayuda. Comencemos a dar a conocer los acosos con el objeto que sancionen a los culpables. (O)

Jéssica Paola Guzmán Cobos, universitaria, Guayaquil