Los niños piden caridad, trabajan limpiando vidrios de carros, están expuestos a las drogas y sus padres escondidos viéndolos de lejos, para después recogerlos con la cantidad de dinero obtenido. Esto es maltrato infantil, crueldad, y lo más triste es que no hacemos nada para ayudarlos.

Los derechos de los niños son universales. Es deber del Estado proporcionarles educación, pero también es deber y responsabilidad de los padres la crianza y el cuidado de sus hijos. Principalmente en los actuales momentos debido a la pandemia del COVID–19, muchos padres están sin trabajo, circunstancia que ha permitido el aumento del trabajo y la desnutrición infantil. Es urgente tomar medidas en bien de estos niños, realizar un censo que tendría dos modalidades: digital y presencial, se debe saber el número de niños en edad escolar, los que asisten y los que no van a la escuela, las causas, condiciones, etc., y aplicar un plan de emergencia referente a los centros educativos cercanos a las viviendas de los menores de edad. Brindar ayuda social a las familias para que los niños asistan a clases. Los candidatos que están en campañas a diferentes dignidades seccionales, en vez de gastar dinero en cosas innecesarias, tienen que enfocarse en la niñez; cuando visitan sus hogares para pedir el voto, llevar médicos, psicólogos, nutricionistas, hablar con los padres de la importancia de la educación de sus hijos, etc. Los niños que son huérfanos, necesitan orientación, ayuda psicológica, estas visitas servirán para incluir planes de trabajo para los candidatos y partidos: regalar alimentos, útiles escolares, cuentos, libros, lápices, consultas de médicos, medicinas...; que la campaña sea por la dignidad y los derechos de los niños. Educa y forma al niño para lograr un mundo de igualdad, respeto y amor. (O)

Alicia Carriel Salazar, profesora jubilada, Guayaquil