Cangrejeros lavan sus sartas en la zona de manglar concesionada a la cooperativa Nuevo Porvenir en Naranjal, Guayas.

Visité el canal de Jambelí. Embarcarse en una lancha desde el muelle de la cooperativa Nuevo Porvenir en Naranjal y observar los manglares rojo, blanco y negro; ver cómo este frágil ecosistema es refugio de innumerables especies y zona de descanso de aves migratorias, sostén de nidos de aves endémicas y juguetones delfines nariz de botella, ha sido el momento más mágico que he vivido. Estuve allí en el 2015 y 2018 haciendo fotografías y videos, pero esta nueva visita superó mis expectativas.

Es muy gratificante ver cómo los comuneros han evolucionado de solo extraer cangrejo a desarrollar una amplia ruta ecoturística y hasta una empresa cangrejera. Esto es el resultado de los acuerdos de uso sostenible y custodia del manglar, con los cuales diversas asociaciones de comuneros ancestrales han desarrollado un sentido de pertenencia a lo largo de la costa. No todo es perfecto, pero siempre se puede mejorar. Alonso Mejillones, presidente de la asociación de pescadores Nuevo Porvenir, guía turístico y biólogo autodidacta, cuenta que en el 2018 construyeron un sendero de 200 metros de caña guadúa con el programa Socio Bosque del Ministerio del Ambiente, por donde los visitantes ingresaban para observar la extracción del cangrejo; pero con el invierno, hace dos años, se deterioró el puente. Actualmente están tratando de conseguir recursos para volver a construir el sendero. Además, requieren pavimentar la vía de ingreso que atraviesa los recintos Santa Rosa de Flandes, Puerto Baquerizo y Nuevo Porvenir. Mientras llega la ayuda los comuneros siguen recolectando conchas, pescando y trabajando de guías para los turistas que deseen conocer el manglar y sus recursos, y saborear al final del recorrido una rica corvina frita con arroz, patacones y salsa cocinada por las comuneras que también ayudan a mantener a sus familias. (O)

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Juana von Buchwald Briones, periodista, Guayaquil