Algunos dirigentes sindicales tienen sus modus vivendi:

Unos, por su edad, deberían estar jubilados del IESS; reciben más $ 2.000 de sus organizaciones; tendrían también jubilación patronal, si acertamos sumando todo, se convierten en burgueses; más razón para ni importarles que a los jubilados no les aumenten un dólar en las pensiones. Otros de gremios tienen sueldo mensual de $ 1.200 como dirigentes sindicales, y como choferes de buses dicen que no cobran nada. ¿Quién les cree?, con seguridad tienen permiso sindical y habría que preguntar a ciertos alcaldes si sus departamentos de personal hacen constar estas asistencias como presenciales, porque como esos se saben el código de trabajo, hay que recordarles que dichos permisos no cuentan para acumular los aportes para la jubilación del IESS (no estoy seguro si también para la jubilación patronal), pero ahí debe haber “algo” que desconocen los alcaldes y tienen que investigar. Y otros dirigentes, también de trabajadores municipales, dicen que tienen licencias sin sueldos, tienen hogares. ¿De qué vivirán?, ¿quién les cree? Igual sucede con más dirigentes. Habrá que averiguar cómo les consideran las asistencias a sus trabajos, debe haber viveza con departamentos de personal. Otros, que además son guardias de seguridad, con un poco de vergüenza no dicen sus ingresos, pero los departamentos de personal de las entidades donde trabajan ¿informarán a las autoridades cómo constan sus asistencias al trabajo? ¡Vivísimos!, acumulan tiempos ‘de servicio’ sin trabajar, mientras que cualquier trabajador debe laborar 30 años o más para jubilarse. Ciertos dirigentes jamás han conquistado nada para los trabajadores; solo para las fotos en los paros y huelgas antes que comiencen los relajos, ya que entonces ‘patitas para que te quiero’ y desaparecen. ¡Hasta cuándo se permite tener esta clase de ‘dirigentes’ que representan solo a una respetable minoría de trabajadores! (O)

Carlos Hernán Borja, Quito