Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital del IESS Los Ceibos, de Guayaquil. / Foto: Cortesía


En el año 2012 había un déficit de 182 especialistas en medicina crítica en todo el país, según datos del MSP (Ministerio de Salud Pública).

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Las normas internacionalmente reconocidas indican que en los turnos de la mañana y de la tarde debe haber un especialista cada 6 y 12 camas respectivamente en las UCI (unidades de cuidados intensivos). En ambos turnos se requiere un médico general por cada 6 camas. Varias universidades del país ofrecen esta especialidad, según las plazas solicitadas por clínicas y hospitales de acuerdo a las políticas del MSP. Ejemplo: en el 2012, en la UEES desarrollamos la malla curricular de la especialidad de medicina crítica, la cual coincide en un 80 % con la de la Unión Europea (Cobatrice), más aquello que es necesario para la realidad de Ecuador; siendo el primer programa en Latinoamérica con formación de ecografía en UCI, traqueostomía percutánea y otras no comunes. La valía de estos especialistas se comprobó en la pandemia del COVID–19. Algunos son docentes en cursos internacionales de la especialidad; sin embargo, no encuentran plazas de trabajo, y en muchas ocasiones son contratados en condiciones de médicos generales y no de especialistas, lo que significa una contradicción con lo que establece como políticas el MSP y las necesidades del país. Las camas de las UCI se han triplicado en Ecuador.

La solución no es parar la formación de médicos especialistas, sino ubicarlos en los lugares que les corresponden, de acuerdo a su profesionalización, en los hospitales.

Estoy seguro de que la preocupación del presidente del Ecuador, Guillermo Lasso, por la salud pública del país, demostrada en su exitoso plan de vacunación (por la pandemia de COVID), permitirá encontrar una solución a esta demanda y que se pueda establecer el número correcto para las necesidades actuales y futuras. (O)

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José Vergara Centeno, especialista en Medicina Interna, Guayaquil