Mientras leo la prensa, visito las redes y en algunos casos por mi actividad profesional recorro sectores de la ciudad en la que vivo, hay algo en que coincide la mayoría de las personas: buscamos políticos que nos representen con la verdad; y es que la verdad no es más que respeto a los ciudadanos, hacia quienes con un ápice de esperanza buscamos que se puedan solucionar nuestros problemas cotidianos. La mayoría estamos hartos de estafadores dialécticos, de evasores de competencias y de discursos vacíos, obsoletos en ciertos casos. Todos coincidimos en algo, en la autenticidad de la persona; no estar en la política para alimentar egos, demostrar cuánto mandan en los cargos, querer investirse de poder porque lo aman y lo creen necesario.

Hay algo superior por lo que se tiene que estar en la política, el servicio al ciudadano. No olvidarlo nunca los votantes y los candidatos; tener presente esa premisa. Parece muy fácil de recordar, pero luego caemos en depresión cuando no hemos elegido con responsabilidad a nuestros ‘representantes’. Con el voto se juega el futuro no solo de la nación, sino la afectación directa en nuestro diario vivir. Nos encontramos frente a candidatos que prometen hasta lo que no pueden cumplir; de esos debemos huir. Hay principios y valores, a eso debemos estar atentos: responsabilidad, honestidad, garantía de acción, probidad... Los votantes tenemos que hacernos un autoexamen de qué queremos de los candidatos. Y los candidatos deben revisar cuáles son las propuestas que podrán cumplir. Clamamos por responsabilidad y verdad. (O)

Ana Chóez Vergara, 28 años, politóloga, Guayaquil

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