Ciudadelas del norte: Los Ceibos, Miraflores, Urdesa, Kennedy, necesitan protección todo el día, noche, madrugadas, de las fuerzas del orden.

Es verdad que todo Ecuador está hundido en la violencia, no hay seguridad ciudadana; pero Guayaquil, que es la ciudad más activa, tiene mucho movimiento comercial en la zona norte donde los negocios de servicios farmacéuticos, de peluquería, ventas de muebles, ropa, comidas; librerías, consultorios, restaurantes, almacenes, supermercados, iglesias, etc.; necesitan desarrollarse en paz, no con miedo, candado.

No solo los típicos ladrones, sino vándalos que hablan con acentos de países casi vecinos del norte y del sur, que han migrado al Ecuador; circulan en motos y vehículos de alta gama, buscan peleas a conductores y transeúntes porque no se mueven rápido, no les dan paso, más si otro vehículo medio los roza, rebasa; sacan armas, disparan, se sienten poderosos dueños de las vías, tienen cuerpos morenos, o tez canela, altos, con músculos, algunos con pelos negros rizados bien cortados; bien vestidos, insultan, quieren golpear, atemorizar. En la calle Guayacanes de Urdesa protagonizaron una balacera hace poco, porque un señor casi roza sin querer con su carro a un vehículo donde iban los antisociales.

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¿Están las autoridades controlando la migración y a las gentes que ingresan libremente al Ecuador?, ¿sabemos qué pasado tienen, las hojas de vida, qué vienen a hacer al país, dónde viven, en qué trabajan, cuánto tiempo se quedan en Ecuador, por qué las autoridades no hacen seguimientos de las entradas y salidas de extraños en el país; y por qué pueden salir a las calles con armas y nadie los pesca, atrapa, apresa? (O)

Álex Galarza U., Guayaquil