Considero que para gran parte de los ecuatorianos se torna difícil no deprimirse al observar o leer las malas noticias, ya que sobrepasan los límites del equilibrio de una persona en todos los parámetros. Lo más triste es saber que existen personas que se exponen porque tienen la voluntad de servir al país dando todo su tiempo, su tranquilidad, para dar a conocer la corrupción.

Fernando Villavicencio, asambleísta, asumo que lleva más de 10 años entregando información sobre las barbaridades que los políticos que fueron elegidos por el voto popular han hecho; para eso no fueron elegidos. Más sorprende que una parte de los ecuatorianos se contenta con decir, “todos roban, pero hacen obras”. Los votantes somos cómplices al no saber elegir a nuestros representantes y desgraciadamente nuestros errores los pagan las nuevas generaciones de ciudadanos, sin culpa alguna. Pienso que presidente Lasso debería tomar decisión más radical sobre la delincuencia, decretar un estado de excepción reduce en algo los crímenes, robos, pero la medida termina y los delincuentes salen en libertad con más odio. Sería importante también hacer un seguimiento a los delincuentes de cuello blanco en los delitos y actos de corrupción. Pase a la historia, señor Lasso, como el presidente que cambió el rumbo del Ecuador recuperando la tranquilidad y seguridad ciudadana, y no como un presidente más que cerró sus ojos dando rienda suelta al caos y la barbarie. (O)

Colón Vicente Quiroz Ferruzola, Guayaquil