Así es, vivimos engañados con el dizque dragado del río Guayas. La verdad es que lo que se va a dragar es la desembocadura del río Daule en el sitio donde se encuentra el islote llamado El Palmar, que no se lo va a dragar y será el eterno impedimento para que vuelvan a existir en ese sitio los bancos de arena.

La cantaleta “va porque va”, que hace la prefecta, se pagará con el dinero de los guayasenses y de los guayaquileños. En esa mala costumbre que han cogido ahora los políticos de promocionar sus obras que les son obligatorias, con dinero del pueblo, vamos a ver si va porque va, con quién va; es decir, a quién se le va a adjudicar. Ojalá sea una compañía con experiencia en este tipo de trabajo, y si no, volveremos a botar la plata como se lo está haciendo con la aerovía. (O)

Álvaro Luque Benítez, abogado, Guayaquil