Según un informe de abril del año pasado, el Grupo Banco Mundial (GBM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) desarrollaron los encuentros ‘Reuniones de primavera’ en un momento en que el mundo se viene encontrando inmerso en varias crisis, la guerra en Ucrania (ya alcanzó su noveno mes) y ha agravado las inquietudes que generan la inflación; el cambio climático; la deuda externa; la pandemia de COVID–19 que continúa en el mundo. Los impactos se sienten más en los países de ingresos bajos y medianos, especialmente en las poblaciones vulnerables, mujeres, niños y ancianos.

Sobre la pandemia, la Unesco señala que ha agravado la crisis mundial del aprendizaje más de lo que se temía debido a las pérdidas de aprendizaje y de competencias por los cierres de las escuelas que hubo, y que esta generación de estudiantes corre el riesgo de perder 17 billones de dólares en ingresos de por vida en valor actual, o el equivalente al 14 % del PIB mundial actual, que es mucho más que los 10 billones de dólares estimados en el 2020. En los países de ingresos bajos y medios la proporción de niños afectados por la pobreza de aprendizaje –que ya era superior al 50 % antes de la pandemia– aumentará quizás hasta el 70 % debido al cierre de las escuelas que hubo, y a la calidad y eficacia desiguales del aprendizaje a distancia. Por esto es necesario tomar medidas para que la recuperación de la crisis del aprendizaje sea una de las principales prioridades políticas y cuente con el respaldo financiero necesario. (O)

Johnny Granda Morán, Guayaquil