El presidente Lasso es partidario de firmar los TLC (Tratados de Libre Comercio) con muchos países del mundo. Tengo mis bemoles. Significa que los convenios que firmamos con tales países, las exportaciones entre sí, no pagan aranceles aduaneros, entran libremente. Previamente se firman memorandos de entendimiento técnico, en los que constan los procedimientos por seguir y las regulaciones de los productos que se exportan, relacionados sobre todo con la higiene, la calidad, empleadas para la producción; son muy rígidos en algunos casos.

Prefiero que el comercio internacional se maneje a través de empresas privadas ecuatorianas y extranjeras, directamente, fijándose el precio de los productos de exportación a base del mercado internacional, como el que se ha venido, por años, manejando con las exportaciones de banano y donde el exportador asume los riesgos del precio de los productos en el mercado internacional, quedándole al Estado ecuatoriano el beneficio de los impuestos a la exportación que van directamente a la caja fiscal, aun cuando el precio de sustentación mínima de la caja de banano lo regulan tripartitamente los productores, los exportadores y los representantes del Estado ecuatoriano.

Cosa parecida se hace con el cacao y otras clases de frutas tropicales y serranas, con las flores, la madera, la balsa, los lácteos y sus derivados, el azúcar y sus derivados, el café, etc., donde el Estado vigila e interviene cuando se producen determinados problemas internacionales con sus productos exportables, y de acuerdo con las reglas internacionales del comercio exterior y la OMC y la OPEP.

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Estos Tratados de Libre Comercio van a dar trabajo a la población ecuatoriana, sobre todo por el lado de la agricultura, que es la actividad productiva que más utiliza mano de obra y es más estable y permanente. (O)

Sucre Calderón Calderón, abogado, av. Samborondón