Este mes de diciembre celebramos el acontecimiento más grande de la humanidad, el nacimiento del Niño Jesús, que fue enviado para redimirnos a todos, y es la representación grandiosa del amor, que nos cambiará, porque nos entregó su vida por salvarnos y llevarnos a la vida eterna; ejemplo que nos dejó.

Considero que es la mejor época para los políticos. Que detengan su andar para que hagan un examen de conciencia de ello, retomen con fuerza y entusiasmo de una forma acertada, nuevos compromisos que redunden en excelentes beneficios para los ecuatorianos comprometidos con el país; para mejores y mayores soluciones a los graves problemas que se vienen arrastrando varios años atrás como es la educación, la salud, el empleo el combate a la delincuencia, a la corrupción, etc.; y obtengamos los beneficios que todos ansiamos.

Que Dios nos ilumine y bendiga a todos, esperando que el año 2022 sea de prosperidad, bienestar, alegría, paz, justicia y amor. (O)

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Vicente Eduardo Ocaña García, doctor en Medicina, Guayaquil