No hay duda de que el Gobierno ha entrado con tal fuerza que aparentemente presenta una nueva cara en el aspecto cultural. Los que somos gestores y actores culturales (ambos van de la mano en este país) vemos con agrado los cambios, las nuevas propuestas y el impulso con que va. Sin embargo, aparecen dudas, creo muy razonables, sobre lo que se espera de la cultura o lo que creemos que es cultura o cómo hacerla en Ecuador.

Tenemos herramientas como la deducibilidad del impuesto a la renta que las empresas pueden acceder para apoyar a la industria cultural, pero muchas no lo conocen o no quieren hacerlo. Significa igual una inversión de recursos monetarios que no están dispuestos a realizar. La gestión cultural, el promotor cultural se quedan en cero de nuevo y muchos proyectos, en el aire. La aplicación de programas de apoyo al ámbito cultural debe ser política de Estado. ¿Por qué no hacer que las empresas y el SRI nos faciliten la tarea creando un fondo cultural?, ¿si de ese impuesto a la renta un porcentaje se destina a un fondo de cultura, gestores y podamos acceder a ello presentando los soportes para la creación artística, en vez de pasar por el ruego, “análisis” y posterior rechazo, por parte de la empresa privada? Seamos realistas, si yo no soy de un equipo de fútbol, no tendré las mismas oportunidades de auspicio monetario. Es penoso saber que el fútbol es más que la cultura... No es que deteste el fútbol, me molesta lo que hasta hoy no se ha logrado: un equilibrio entre deporte y cultura... ¡Permítannos a todos los que damos momentos de esparcimiento, cultura, arte y entrenamiento crecer. Crear políticas menos burocráticas y más acordes a la realidad de este país es la solución! Por cierto, estoy leyendo Utopía de Tomás Moro, creo que es algo premonitorio, espero equivocarme. (O)

María Alessandra Fernández Reyes, Guayaquil