Realizar la pequeña travesía sobre el Guayas en la aerovía, es una linda experiencia de la que puede departir el niño, el joven, el adulto, el anciano, explayándose ante el deleite del espacioso panorama que ofrece el río.

Los cubículos se movilizan suspendidos en cables de acero. Debo ponderar los servicios que recibe el usuario, los cuales comienzan en la antesala de embarque donde brilla el aseo y dan fina atención las personas que facilitan el cobro y la entrega de los boletos. Diligentes féminas expresan una cordial bienvenida y direccionamiento hacia los cubículos, aleccionando la manera de acomodarnos a fin de que exista el balance correcto sin vaivenes por desequilibrio, para que el trayecto sea apacible. El precio del servicio al tomarlo como recreacional es $ 1,40 ida y vuelta. Pero utilizado como transporte de uso diario por los vecinos de Durán, en la otra orilla, es carito al sopesar la baja condición económica que tiene la mayoría de la población. Divisamos desde esa altura los lugares referentes de Guayaquil conocidos por los guayaquileños, pero cuando nos acompañan personas de otras provincias o extranjeros, preguntan cómo se llama tal o cual lugar. Informamos lo poco o mucho que sabemos del cementerio general, el monumento a Cristo Jesús, el cerro del Carmen, la subida al hospital LEA, el hospital Luis Vernaza, cerro Santa Ana, barrio Las Peñas, malecón Simón Bolívar, isla Santay, río Guayas, etc. Es cuestión de colocar letreros con información que se utilizan para estos menesteres, buscar la empresa idónea sin afectar el bellísimo panorama o la estética visual de Guayaquil. Sin tratar de alarmar, pero sí prevenir a fin que se considere como medida de seguridad, los cubículos tienen pequeñas rejillas a 20 centímetros del piso a cada lado, y en la parte superior cuenta con pequeñas ventanitas utilizadas como ventoleras donde penetra refrescante aire, así como seguramente el agua de las lluvias empujadas por el viento. Esas aberturas me preocupan ya que de caer un aparato al río se llenaría de agua, como está herméticamente cerrado, lo cual es correcto, yo dentro del cubículo no tendría escapatoria. (O)

César Antonio Jijón Sánchez, Daule