¿Por qué son importantes la calidad y los conocimientos de los estudios legales?, porque serían verdaderos filtros que impedirían que cualquiera pueda ser abogado, y peor, ser nombrado magistrado, ya que sus carencias originan inseguridad social, propician para que surjan nuevos delitos y falta de respeto al sistema jurisdiccional nacional.

Inconcebible es lo que estamos viviendo: desprestigio para la Función Judicial del Ecuador, el que se dé caldo de cultivo para que infractores crean que sus ‘acciones’ son parte de la protección que les brinda un Estado de derechos. Para ser letrado se necesita de cualidades académicas basadas en estudios, investigaciones, que permiten solventar con ética fundamentada en principios, valores y moral, el exteriorizarse como verdaderos vigilantes de las leyes en concordancia con la Jurisprudencia y las doctrinas. Estas condiciones se deben activar mucho más cuando se trata de un magistrado. Debe realizarse estricta revisión del pénsum académico de las facultades de Derecho de todas las universidades, exigir ética, excelencia, investigación y, sobre todo, criterio analítico como lo exige la Constitución, especialmente sobre los principios de aplicación de los derechos, en concordancia con las garantías jurisdiccionales, por lo menos; no se diga sobre las acciones de protección, habeas corpus, entre otras disposiciones fundamentadas en la legalidad y legitimidad. El Consejo de la Judicatura debe cumplir la depuración de aquellos candidatos que pretendan ser ‘magistrados’, exigiéndoles requisitos conducentes a obtener verdaderos jueces y no imitadores de estos. Y la Corte Constitucional, no mire a otros lados ante las gravísimas faltas de orden constitucional, como guardiana especializada y exclusiva del mismo, pues cualquiera nombrado ‘magistrado’ puede torcer la Constitución. (O)

Regina Zambrano Reina, doctora en Jurisprudencia, Guayaquil