Políticos que estuvieron en el poder, sino están huidos debido a los escándalos y las denuncias de corrupción que les destaparon, viven bien en la cara Europa, y en el lindo México y otros países de la América, no les toca nadie; sino, están en el Ecuador en vacaciones en cárceles, en piezas doradas, como oficinas, ‘trabajan’ con computadoras, estudian a distancia maestrías, les hacen trasplantes de pelos, usan televisores, internet, celulares...

Dichos hombres y mujeres tienen privilegios, servicios de buenos abogados, visitas de miembros de las Naciones Unidas para que les escuchen que son “inocentes”, “santos” perseguidos por el linchamiento mediático y la prensa “corrupta”. Existe desvergüenza. (O)

Gloria de Pozo, Quito