De acuerdo con un estudio del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) del año 2014, hay un problema de movilización en Guayaquil que prevé otra alternativa: la electromovilidad para reemplazar vehículos de combustión interna por vehículos eléctricos.

A pesar de funcionar simultáneamente los servicios de buses urbanos, la Metrovía y la Aerovía, otra alternativa prevé un tren urbano que no sea subterráneo ni a nivel de tierra, y ocupe el espacio aéreo dadas las características del suelo sobre el que se asienta Guayaquil (el nivel freático está a 1,10 m). Ese tren sería el monorriel o tren elevado sobre vigas o aéreo suspendido de levitación magnética. El costo de construcción de monorrieles en el mundo oscila entre $ 10 millones y $ 88 millones el kilómetro, según datos de internet. Los precios dependen de la longitud, topografía, número de estaciones, estructuras y marcas. De ser $ 88 millones el kilómetro, sería casi igual a 90, que es lo que cuesta el metro subterráneo para Quito. Este nuevo sistema de movilidad serviría para expandir a la Metrovía porque no hay ciudad en el mundo cuyo tráfico se haya descongestionado con la construcción de un sistema metro. La solución de dotar a Guayaquil de un metro con trenes ligeros que respondan al cambio de la matriz energética con el uso de motores impulsados con electricidad, que no contaminen el ambiente y con mayor capacidad de personas a transportar, es un salto de la modernidad. Llegó la hora de un sistema integrado de transporte público rápido, seguro, cómodo y eficiente, que es el metro para Guayaquil. (O)

Julio César Ubilla Abad, arquitecto, Guayaquil