Desde que el prófugo de la justicia eliminó la obligación de visa y récord policial para entrar a Ecuador y estableció la tabla de uso de drogas, hemos visto una decadencia impresionante de nuestro país, en todo nivel, cultural, moral, físico y económico. Fue la decisión más antipatriótica que un gobernante pudo haber tomado para su país, y sería deseable que fuese castigado por traición a la patria con un juicio militar. Desde entonces, la espiral de narcotráfico, consumo de drogas, sicariatos, secuestros, crímenes, corrupción ha llegado a niveles escalofriantes.

Pero más escalofriante es la inercia y el quemeimportismo de las autoridades gubernamentales que no hacen nada por remediar esta repudiable situación, en un país donde no hay Dios ni ley, donde todo el mundo hace lo que quiere, donde no hay respeto para nada ni nadie. En Ecuador se puede repetir el estribillo de la canción La vida no vale nada (“La vida no vale nada / si escucho un grito mortal / y no es capaz de tocar mi corazón que se apaga”). Cuándo ponen alto a esta situación insostenible que tiene a la sociedad ¡al borde de la histeria! Por Dios, qué les impide controlar las fronteras como se hacía antes que mafiosos se apoderaran del país. Qué les impide eliminar la degradante tabla de consumo de drogas como lo pide el pueblo. (O)

Nelly Lozada García, Guayaquil