El incumplimiento de la ley al ‘capturar’ a una persona para llevarla a un centro de rehabilitación de adicciones, se ha salido de control en nuestro país. Son incontables los casos de que familiares contratan personas que se dedican a este tipo de ‘secuestro’; esto es atropello a la ley y al derecho de las personas a su libertad. Son cómplices también las ‘seudoclínicas de rehabilitación’ que dan luz verde a estas prácticas.

Tiene un grave impacto en la persona adicta a las drogas mantenerla contra su voluntad encerrada. Han sucedido asesinatos dentro de ciertos ‘centros’, incendios, etc.; las familias no saben muchas veces el daño que ocasionan al querer hacer un bien, porque en dichas ‘clínicas’ existen métodos con tortura, poca alimentación, maltrato, que agobian a los internos. Si la persona no va voluntariamente sino porque es capturada e internada a la fuerza, la recuperación va a ser endeble, precaria. El sistema está fallando, no se toman medidas para evitar ‘secuestros’ o ‘capturas’ de familiares con adicciones con el pretexto de rescatarlas de vicios. Clausuren los centros ilegales de rehabilitación que se aprovechan de los problemas de las familias y sus dineros. Hago un llamado a actuar al presidente de la República. (O)

Javier Barragán Rovira, abogado, Guayaquil