Jubilados de la Universidad de Guayaquil, unos exdocentes, muchos con enfermedades catastróficas, otros postrados en camas o sillas de ruedas esperando la parca sin atención médica ni provisión de medicamentos y sin dinero para adquirirlos en farmacias, por la negligencia e indolencia del IESS, y otro grupo de compañeros aún con moderada buena salud; pero todos estamos pugnando porque nos paguen de inmediato nuestra jubilación complementaria, que es un derecho.

Es cruel, nos tienen sumidos en una crisis emocional y corporal, que ha tenido consecuencias nefastas como la defunción de algunos colegas, que no tuvieron medios económicos para atender su salud y necesidades elementales como dieta y asistencia médica especializada, aparte de carecer de sosiego mental en la angustia que pasamos jubilados y familiares. Nos encontramos en un estado de indefensión extrema, después de que ofrendamos nuestras vidas al engrandecimiento de la libérrima Universidad de Guayaquil y a formar profesionales que sirvan a la sociedad. El pago de la jubilación complementaria es una resolución de la Corte Constitucional, en firme y de cumplimiento obligatorio; ninguna providencia constitucional puede dejar sin efecto dicha sentencia constitucional.

Los jubilados exigimos que las autoridades reconozcan nuestros derechos constitucionales restaurándonos el pago de la pensión complementaria. Asimismo, que la Universidad nos pague el décimo tercer sueldo atrasado del año 2021. Nosotros no estamos perjudicando a la Universidad ni violando ningún procedimiento legal. (O)

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Juan Marín Larreta, docente jubilado de la Universidad de Guayaquil, Guayaquil