En diciembre del 2020 a mi hermana le hicieron una retención bancaria. Al indagar, navegando de departamento en departamento y servicios al cliente de varias agencias, resultó ser por un juicio coactivo que la CNT (Corporación Nacional de Telecomunicaciones) llevó a cabo por la deuda de la compra de un teléfono celular.

Mi hermana jamás ha adquirido un celular en CNT. Ni servicios al cliente ni el abogado encargado de su caso han podido presentarle los documentos o contratos que demuestren que ella haya firmado esa compra, ni jamás la llamaron para indicarle que le estaban siguiendo un juicio, pese a que posee una línea telefónica convencional que es su única relación con la CNT; en otras palabras, podían haberse comunicado con ella. Aparentemente alguien dentro de la organización tomó los datos de mi hermana y se hizo de un celular, y por lo que veo, no existe voluntad ejecutiva para localizar a ese mal elemento y arreglar el inconveniente. No creo que sea la única persona perjudicada en el país por acto similar, hago un llamado a todas estas personas para hacer un frente común ante este atropello. La unión hace la fuerza. (O)

David Ernesto Ricaurte Vélez, ingeniero mecánico, Daule