La semana pasada escribí un Twitter, debo decir que casi no cuento con seguidores, sin embargo, necesitaba expresar lo que veo desde mi rol de psicóloga. Para mi sorpresa, un comentador y un par de políticos bloquearon mi cuenta, así que decidí escribir esta carta para dejarles saber cómo se ve desde la psicología lo que sucedió en estas semanas en Ecuador.

Cuando se levanta un individuo a luchar por una causa justa y coherente, casi siempre la mayoría de la población se levanta con él o ellos. Sin embargo, en este caso, un líder indígena no logró movilizar a su propia población, por lo que recurrió a las multas y la presión. Entre ellos hay divisiones, por lo que acudieron a alianzas con el sistema socialista del siglo XXI que perdió las elecciones. Al no lograr desarticular a toda la población, continuaron presionando con actos a los que podemos llamar terroristas, contra su misma nación. Reclamaron por una mejor calidad de vida para los más pobres, sin embargo, destruían todo posible avance de la nación. ¿Quiénes han sido los más afectados?, la población vulnerable, la de extrema pobreza, los enfermos, los niños. El reclamo no era por el más pobre. Fue un asunto de poder. Y como estaban ejerciendo el poder, cuando el ciudadano común se cansara, tenderá a creer que es falta de fuerza del Gobierno, lo rechazará por asociación, y ese mismo ciudadano carecerá de valor para sostener la democracia, y en medio de la debilidad el otro funcionará como “salvador”. Es una estrategia psicológica, manipuladora del que verdaderamente sufre pobreza y en su desesperación anhela un ‘salvador’. Preste atención a las semanas que vienen después que ha finalizado el paro, acuérdese del pobre, extienda su mano a los necesitados porque son ellos los manipulados hasta no poder más y ruegan por el retorno del ‘salvador’. (O)

María Lorena Cucalón Echeverría, psicóloga clínica, Guayaquil