Los delincuentes cumpliendo poco tiempo de reclusión salen y realizan delitos. Por qué no dictamos en las leyes, como parte del delito, el costo del perjuicio y los valores monetarios: cuánto cuesta haber matado, cuánto cuesta un carro robado, etc., y sus consecuencias; cuánto robó el delincuente de cuello blanco... En la ley deben constar los valores y ninguna norma sustitutiva debe surtir efecto hasta que el delincuente devuelva lo robado o el valor del perjuicio.

Cumplen prisión pocos años, salen a gozar de los dineros que robaron; y todavía más, salen antes de cumplir la pena, a sus domicilios construidos con ese dinero pestilente, burlándose de las personas honradas que somos la mayoría que aplicamos los valores éticos, pero acosados por la delincuencia que está más fortalecida.

Un policía que se defiende en un ataque y mata a un delincuente, el policía es condenado, peor un civil que se defiende. El delincuente puede robar, puede disparar, matar; se ríe.

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Los asambleístas deben alguna vez en la vida modificar las leyes sobre delincuencia. Por favor asambleístas buenos, que los hay que se nota son diferentes, hagan historia desarmando lo instituido para cambiar en su totalidad lo malo que hay en la Constitución de la República y las leyes de nuestro azotado Ecuador.

Los 70.000 millones de dólares que se sustrajeron en el gobierno de 14 años de debacle, a dichos responsables obliguen mediante leyes nuevas, devolver dicha plata con el objeto de que el Ecuador pueda salir de la postración económica en donde lo dejaron. (O)

Rodolfo López Osorio, arquitecto, Guayaquil