La telefonía convencional está diseñada para transmitir señales acústicas a distancia por medios eléctricos. Con el pasar del tiempo se han ido introduciendo muchos cambios favorables como métodos y sistema de exploración de la red para una mejor transmisión de información entre el emisor y el receptor; es ventaja significativa poder escuchar la voz al otro lado de la línea de forma nítida.

Al ser ahora el sistema digital muy diferente al anterior que era análogo con muchas incoherencias en la comunicación, actualmente, y con tecnología, se siguen presentando inconvenientes, ya que los cables están a la intemperie y se sulfatan.

Sugiero que la Corporación Nacional de Telecomunicaciones que trate con el Municipio de Guayaquil, para empotrar todos los cables que actualmente se encuentran levantados a gran altitud, mejorando su funcionamiento y presentando un mejor ornato de la ciudad. Hace poco tiempo más de 2.600 abonados, del norte de Guayaquil, pasaron más de 30 horas sin servicio de telefonía hasta que se reparó un daño detectado en la terminal de línea óptica, afectada por un probable intento de robo del cableado; si estos estuvieran bajo tierra se conservarían en mejor estado y el sustraerlos resultaría difícil. Las nuevas urbanizaciones que circundan esta ciudad, así lo están haciendo, demostrando una solución a lo aseverado y presentando mejor imagen a sus zonas. Mucha falta le hace a esta urbe mejorar esto, dado que es una de las pocas en América Latina en presentar tantos cables por lo alto, y otros cables enredados que caen, resultando un eminente peligro para el pueblo en general. Estimo necesario un pronunciamiento al respecto, tengo la certeza que será por la seguridad de la ciudadanía, incluidas de las mascotas. También hay cables (tallarines) de otras índoles. (O)

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Fernando Enrique Guzmán Martínez, ingeniero comercial, Guayaquil