Como mujer y ciudadana protesto contra la violencia de género. Hoy en día se ha desatado en gran proporción la criminalidad contra el sexo femenino. Recordemos una cita de un ícono feminista del siglo XX, Simone de Beauvoir: “Me podréis romper la mano, pero nunca la voz”.

En algunos hogares observamos el machismo, una de esta figura es la preferencia del padre hacia el hijo varón, desde ahí se promueve la prepotencia, la violencia; patrón que se repite en sus descendientes del mismo sexo; el padre ofende a la mujer, el hijo ofende a la madre, a las hermanas, con gritos, faltando el respeto, luego la violencia, agresión. Hay que agregar el alcoholismo o drogas que conllevan a la obnubilación del hombre a cometer de manera irracional la exacerbación del delito. El Estado no erradica la violencia contra la mujer. La mayoría de los gobernantes se han preocupado en vaciar las arcas fiscales, llenándose sus bolsillos con el dinero del pueblo, olvidándose de dar más inversión a la educación. Los ciudadanos pedimos reformas a la Constitución, al Código Orgánico Integral Penal.

Respecto al ‘castillo Grayskull’, en el cual hubo un femicidio en Quito, debe ser remodelado y poner una sede que beneficie en lo biopsicosocial y jurídico a las mujeres maltratadas por hombres. (O)

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Julia Magdalena Vergara Acosta, doctora en Ciencias de la Educación, Guayaquil