La dura inclemencia del tiempo con las intensas y frecuentes precipitaciones que se vienen presentando desde el mes de febrero hasta el presente, están ocasionando severas inundaciones en las principales ciudades y otras poblaciones en todo el país. Al mismo tiempo los colapsos de varios puentes en Esmeraldas, Cotopaxi, Chimborazo; los deslaves en varios sitios como en Alausí, Gualaceo, Azuay y otros, me hacen concluir que estamos realmente viviendo un nuevo fenómeno de El Niño.

No soy un experto en la materia, pero con solo conocer las estadísticas de lluvias del Inamhi, Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología del Ecuador, que contabilizan valores mensuales mayores a los promedios, inclusive en los meses de marzo y abril se superaron los valores históricos de aquellos meses en los años 1983 y 1997 cuando ocurrieron los fenómenos de El Niño; es una realidad con la que debe admitirse esta situación.

Se está pronosticando la ocurrencia de un nuevo fenómeno de El Niño que ya está presente, y el que viene que será seguramente más severo, este debe ser el ‘papá’ de El Niño actual. (O)

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José E. González, ingeniero civil, avenida Samborondón