Hace tiempo presencié actos donde un hombre amenazaba con agredir a los hijos de su pareja si esta no le hacía caso. Al ver este comportamiento repetitivo decidí investigar, entonces supe que la mujer estaba siendo víctima de violencia vicaria; una violencia que muchas sufren y pocas pueden superar, y es muy dolorosa para los hijos.

En nuestro entorno, la mujer es víctima de diferentes maltratos. En la violencia vicaria, el chantaje, la manipulación, figuran como una opción de control por parte del agresor; es usado para hacer daño al infante vulnerable, con tal de cumplir su objetivo de herir a la madre.

La complicidad de una sociedad que priva a la mujer de autoridad, la deja con profunda sensación de inferioridad y pone en tela de duda su palabra, es una de las consecuencias que el agresor usa como punto débil contra sus víctimas: la mujer, y los menores de edad a quienes se les causa una serie de perjuicios grave en su desarrollo emosional. (O)

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Andrea Yuleisy Barrio Cuadrado, 23 años, estudiante de comunicación, Guayaquil