En los puntos de mucho tráfico, donde hay semáforos, en avenidas, los vehículos detienen la marcha para que pasen los peatones, apareciendo niñas de 6 años, de 8, 10..., tocan las puertas, los vidrios de los vehículos para pedir “ayuda para comer”, despeinadas, hablan como muchos migrantes ilegales de un país vecino del norte atrapado por las narcoguerrillas; existen otras niñas que venden caramelos, chupetes, chicles, lucen arregladas, limpias, que tienen el lenguaje de un país del sur donde no hay libertad, alimentos, trabajo, salud, que está gobernado por la tiranía socialistoide o comunista. Los padres de dichas menores están en las esquinas mirando, o si no las dejan y después las recogen.

Tomo la palabra como tantos lectores afirman: Guayaquil y el Ecuador es tierra de nadie, propios y extraños hacen lo que quieren, no existe control, por tanto la mendicidad, la migración ilegal, la pobreza, la inseguridad, el desorden no desaparecen sino que elevan los problemas del país. No existen controles de nada. Dentro de unos 60 días vamos a tener en las calles más niñas y niños, adolescentes, jóvenes, adultos, migrantes ilegales, y nacionales, pidiendo “las pascuas” de Navidad. Sumar los famosos “artistas” de cuerdas flojas, malabaristas con machetes, fuego, bates..., que actúan en medio de carros y peatones y nadie les dice que eso es peligroso, prohibido, por los accidentes que pueden provocar y han provocado. (O)

Bolívar Martín Macías, Guayaquil