Sigue rondando en corrillos callejeros el fantasma de los levantamientos, paros. Ciertas bases de comunidades indígenas estarían descontentas con el acuerdo que firmaron con funcionarios del Gobierno, los dirigentes y sus grupos violentos que tuvieron un ‘triunfo’ en el último paro, ante el débil Gobierno.

Pero, ¿qué de la mayoría de los ecuatorianos respetuosos de las leyes y la democracia?, los que levantamos nuestra voz en los medios de prensa, televisivos y radiales y solicitamos se publiquen nuestros pensamientos como lo hace El Mayor Diario Nacional, EL UNIVERSO; pero no somos escuchados por quienes administran el Estado. Las promesas de la campaña presidencial de rebajar el precio de la energía eléctrica no se cumplen hasta la fecha, lo que iba a estimular el emprendimiento. En estos momentos donde la delincuencia y el crimen organizado se han tomado Ecuador, urge que deroguen el decreto 749 firmado por el perverso gobierno que dirigió Rafael Correa y desarmó a los ciudadanos de bien que podíamos portar armas legalmente y ahuyentar a delincuentes. Tampoco sirve ufanarse de la salud, de un programa que entregaría medicinas a los afiliados a la seguridad social, por parte de las boticas y farmacias privadas, si continúa la inexistencia de fármacos para aliviar dolencias de enfermos. Ni qué decir de los prestadores de servicios médicos (clínicas) que no se les cancelan lo que les adeuda el IESS y el Ministerio de Salud. Con el dinero del excedente del petróleo se podrían cumplir los compromisos pendientes, como hacer una vía de cuatro carriles en el tramo Ambato–Guaranda–Balsapamba–Babahoyo, oferta realizada por el presidente Lasso en abril, que visitó la parroquia Tambán del cantón Chimbo, provincia de Bolívar, que serviría de vía alterna cuando en invierno por los deslaves se cierra la vía Alóag–Santo Domingo. El ciudadano, al no ser escuchado por quienes ostentan el poder, no sea que apoye a grupos sociales políticos y de indígenas que quieren hacer nefastas revueltas. (O)

Édison Gelacio Mora Mora, Guayaquil