La ausencia de la palabra amor y la adaptación de los vocablos deseo y querencia son una marcada practicidad de intimar sin amar; es una palpable carencia de seriedad en aquellas parejas que tienen solariega vida e intiman promocionando su amorío ‘eterno y soñado’, pero no tomando conciencia de que es una aventura sin amor verdadero.

Dichas parejas dicen te quiero, me gustas, conviven, dan la apariencia que son felices, divertidas, parejas perfectas, pero duran poco tiempo, el hombre busca a otra y la mujer se va con otro. (O)

Eduardo Emilio Jiménez, Salinas, Santa Elena