Nuestra Constitución en su artículo 45 afirma proteger y cuidar la vida desde la concepción, lo que la ciencia hoy llamaría fecundación, como término más exacto. Entonces, ¿existe algún momento donde sea lícito matar a un ser humano inocente acorde a sus circunstancias? No solo esto, nuestro Código de la Niñez y Adolescencia (artículo 2) manifiesta como sujetos protegidos de este, a todo ser humano desde la concepción hasta sus 18 años. En otras palabras, existen leyes específicas para este grupo indefenso de la población, porque se entiende que es susceptible a la violencia de terceros.

Hoy lidiamos con la propuesta más aterradora como solución para un crimen tan grande como es la violencia sexual: el asesinato deliberado de la segunda víctima (bebé) de dicho delito; un proyecto que busca todo, menos el bienestar de las víctimas de violación. Pregunto a los asambleístas, ¿quieren legislar para los violadores y los bolsillos de los abortistas o para las ecuatorianas víctimas de violencia? Las mujeres necesitan contención, una denuncia y un estudio de su contexto para romper el ciclo de agresión y no regresen a casa a vivir la misma pesadilla. Sé que allá afuera existe un grupo minoritario pero ruidoso que los está encarando con discursos falsos, no creo que ustedes estén ocupando puestos de legisladores para cambiar su postura según la dirección del viento, sino según la justicia e integridad con la que se comprometieron a desempeñar su función.

La historia no mirará con buenos ojos a los que guardaron silencio del crimen más grande de nuestra era. (O)

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Kiara Salomé Villavicencio Valarezo, Loja