Pienso que debe haber un límite en toda actividad para demostrar capacidad, para ejercer un trabajo, no para tratar de influir con su opinión. Escuché a un comunicador su comentario que puede confundir a muchos seres humanos y aun más si no conocen a fondo la realidad de un país. Este periodista es de una empresa de reconocida aceptación en muchos países, de una forma despectiva se refirió al presidente del Ecuador y rebasó todos los parámetros de la ética, lógica y el respeto.

Opino como ecuatoriano que nunca ha participado en política, que observo en el ámbito nacional e internacional que los políticos favorecidos con el voto popular cuando llegan al poder –salvo honrosas excepciones– se dedican a sus partidos y grupos, y que el pueblo recoja migajas en caso de que sobren; y es derecho de los habitantes de un país expresar su rechazo o descontento, y de los comunicadores opinar, pero de forma profesional, sin ofensas, injurias a las personas. También escuché en un canal nacional de televisión a una directora de una importante revista internacional que dijo sin insultar al presidente y al pueblo que al Ecuador si no lo salvan los ecuatorianos, desaparecerá; y debo admitir que tiene razón. (O)

Colón Vicente Quiroz Ferruzola, jubilado, Guayaquil