Cada dólar que se pierde por la corrupción se deja de utilizar para muchos servicios a la ciudadanía.

La corrupción está considerada un delito de doble vía, es decir de parte del sector público que entrega dinero por obras y servicios, y de parte del sector privado nacional y extranjero (poder económico) que realiza la obra pública o da servicios con altos sobreprecios para repartirse los dineros del Estado. Todo está orquestado y repartido. No termina la corrupción. No existe sanción. También participan organismos de control gubernamental y función judicial para que haya impunidad generalizada. Los corruptos criollos y extranjeros tienen que ser denunciados documentadamente ante la Fiscalía de la nación, sacarlos de los puestos, meterlos a la cárcel tal como cuando capturan al delincuente de la calle. Reflexión: ¿la solución a la corrupción la tiene la sociedad civil que no está involucrada en corrupciones? (O)

Ángel Gregorio Calderón Mayorga, economista, Guayaquil