Hay que actuar muy sabiamente con autorizar y emitir permisos de portar armas. Deben exigirse procedimientos que impliquen exámenes y pruebas, principalmente del entrenamiento académico para uso de armas y del estado mental de los individuos que desean portarlas.

Asimismo, quienes tomen las pruebas y hagan los análisis, incluso apliquen el del polígrafo. Debe controlarse que no haya corruptos entre los que manejen, emitan y autoricen dichos permisos. Es lamentable y triste decirlo, pero cada día se ve en las ciudades y los pueblos muchas personas de naturaleza violenta, irrespetuosas, en estado etílico, vulgares en su forma de hablar; el lenguaje, la vestimenta, con full tatuajes, temperamento agresivo, sus tonos de hablar amenazantes...; no garantizan o no calificarían ser portadoras de armas. También se ve por doquier jóvenes drogándose y borrachos, compitiendo en drogas con adultos. Así que es imprescindible dar esos permisos de portar armas, solo bajo un estricto cuidado de selección. (O)

Édgar Vicente Saldaña Alvarado, ingeniero agrónomo, Guayaquil