Quien no ama, no merece vivir porque el amor es la fuente que nos permite hacer las cosas con alegría, sinceridad, paz... Dios nos creó por amor. Dice el Evangelio: 1 Juan 4:9-11: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por Él. En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó a nosotros, y ha enviado a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios así nos ha amado, debemos también nosotros amarnos unos a otros”.

Desde que nacemos somos cobijados por nuestra madre, sus caricias son de amor haciéndonos reír, luego vendrá la niñez aprendiendo a conocer en medio de frases y canciones el amor. Luego la adolescencia y el despertar del amor ya no por uno sino por los demás. Después el matrimonio, los hijos. Amor que mueve al mundo.

Pierre Teilhard de Chardin fue un religioso jesuita, paleontólogo y filósofo francés, nació en 1881, falleció en 1955. Habló de la fuerza del amor, “algún día (...) tendremos que dominar para Dios la energía del amor”. Entendía la materia y el espíritu como dos aspectos de una misma esencia sin necesidad de que eso engendrara conflicto intelectual. La guitarra es la materia, la música es el espíritu. Dijo que la fuerza del amor puede unir a los seres humanos porque es la única capaz de alcanzar nuestra esencia más profunda. Así como el viento que no lo vemos acaricia nuestra piel, así el amor acaricia nuestro espíritu. Pero cada acto de agresión u odio hacia otro ser humano nos aleja del sagrado amor.

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De otra parte, el poeta inglés Robert Browning dijo que la Tierra sin amor sería una tumba.

Dios es amor, es fuego sagrado, sin Él no sería posible en el mundo la presencia del hombre y la mujer. (O)

Hugo Alexander Cajas Salvatierra, doctor en Medicina, Milagro