Nuestro país se encuentra en una situación crítica por los altos y peligrosos niveles de violencia e inseguridad que estamos viviendo, a más de los graves problemas sociales, económicos y políticos que han llevado a una tremenda inestabilidad para todos, falta de trabajo, cierres de negocios, extorsiones, aumento de delincuencia organizada.

Los caminos para que haya un cambio se ven difíciles. Solo nos queda Dios con su infinita misericordia, para Él no hay nada imposible, por lo que debemos elevar nuestras plegarias para que se apiade y salve al Ecuador con la conversión de las personas y la práctica del bien. (O)

Vicente Eduardo Ocaña García, médico, Guayaquil