El último crimen que ha conmocionado a todo el Ecuador ha sido el de la abogada María Belén Bernal, ocurrido dentro de las instalaciones de la escuela de cadetes de la Policía Nacional, Quito. Más allá del montón de análisis, hay que lamentar la reacción de diversos grupos ante el crimen y las diferentes ópticas de los ciudadanos.

La primera lamentable reacción es de la propia Policía y del Gobierno nacional en la persona de un ministro de Gobierno, quien en sus alocuciones parecía más preocupado de la imagen institucional; estas declaraciones le han terminado costando el cargo. La siguiente lamentable reacción es de un minúsculo sector de la prensa, que en vez de guardar la compostura respecto a los hechos y la víctima ha procurado realizar un ‘control de los daños’, en favor del Gobierno, discutiendo si es o no es crimen de Estado, incluso llegando a insinuar un doble rasero respecto a quienes reclaman por la muerte de la abogada Bernal, si ellos también se preocupan por la situación que se vive en Irán (¿ ?).

Finalmente, los movimientos políticos aprovechadores que se han tomado este terrible caso a fin de erigirse en falsos defensores de la mujer, la niñez y todos los ecuatorianos. El principal movimiento de oposición que medio controla la Asamblea incluso ha realizado un video tomándose la imagen de las manifestaciones que se dieron en la capital de la República, tomándose dichas consignas. Es de recordar que este movimiento ya gobernó muchos años (10 o 14) y no dejó nada para combatir las taras que arrastra todavía la sociedad ecuatoriana, entre estas la tara del machismo y de la violencia familiar a todo nivel. (O)

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Roberto Francisco Castro Vizueta, abogado, Guayaquil