Agradecida por el año 2022 pasado, debo felicitar al Gobierno por los aciertos que ha tenido durante su gestión desde que empezó el mandato. No ha hecho publicidad ni sabatinas para tirarse flores. La vacunación fue un éxito rotundo a nivel nacional, de manera ordenada, llegando a todos los sitios y respetando creencias de los ecuatorianos; sin esto nunca hubiera sido posible la reactivación económica del país. Muchas ofertas de campaña se han cumplido; por mencionar algunas: préstamos al 1% a 30 años plazo, la facilidad para los emprendedores de crear su propia empresa en línea, la subida gradual del salario básico, la reducción paulatina del ISD, los convenios con marcas internacionales y los tratados comerciales con otros países, la derogación y las mejoras en la Ley de Comunicación.

Aunque falta mucho por hacer en el Ecuador, uno de los pilares fundamentales (con los que lamentablemente no ha podido contar) es la aprobación de leyes que beneficien al pueblo y la consulta popular. Otro cimiento está en la educación. Tenemos un par de ministros que fueron presentados con títulos, honores, experiencia y principios, pero a mi parecer dejan mucho que desear en su gestión. En el plano de la educación, no se ha hecho ninguna reforma significativa en el pénsum y en qué ciudadanos queremos para el siglo XXI. De igual manera, en el aspecto social, más allá de combatir la desnutrición, necesitamos una política de control natal para proyectarnos como país, saber cuántos espacios necesitaremos en escuelas, colegios y universidades, hospitales, plazas de trabajo; controlar la mendicidad que crece desmedidamente en las calles, con ecuatorianos y venezolanos que se encuentran con un ‘rondín’ de criaturas y ha desencadenado un mercado ilícito de seres inocentes.

Deseo a todos los ecuatorianos y al Gobierno, un venturoso 2023, lleno de salud, prosperidad y felicidad. (O)

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Dora Natalia Ulloa Maridueña, Guayaquil